La foca

La foca es un mamífero marino muy desconfiado; al igual que el resto de los mamíferos, tiene la sangre caliente y amamanta a sus crías. Parece torpe sobre el suelo pero, una vez en el agua, es un excelente nadador. Le encanta estar en el agua. Es capaz de permanecer sumergida, sin respirar, durante cerca de media hora y hundirse hasta más de 100 metros de profundidad para pescar los peces y calamares con los que se alimenta. La espesa capa de grasa que tiene bajo la piel le permite resistir el intenso frío de las aguas árticas. Las focas se agrupan en grandes colonias en las costas; estas colonias pueden sumar varios centenares, o millares de individuos. En la época de celo, los machos intentan llamar la atención de las hembras, realizando numerosas cabriolas. La foca es polígama, esto es, un macho se empareja con varias hembras. El apareamiento tiene lugar en el agua. La cría parece una gruesa bola de pelo, como puedes observar en la imagen. Si no la matan los cazadores para quedarse con su hermosa piel, puede vivir unos 20 años. Para comunicarse, la foca emite todo tipo de gruñidos y aullidos agudos. Sus depredadores son la orca, el tiburón, el oso blanco y el hombre (los esquimales inuits son muy aficionados a su carne). Hay varias especies de focas, como por ejemplo la de Groelandia; la gris común (o lobo de mar), y el elefante marino. El elefante marino (que, como habrás adivinado, tiene una nariz con forma de trompa) es la foca más grande: el macho puede alcanzar 6 metros de largo y pesar más de 3 toneladas.